Hernández, Fernández y Baptista (2006)
Definen al Análisis de contenido como una técnica para estudiar la comunicación de una manera objetiva, y que cuantifica los contenidos en categorías.
Esta definición está basada en la versión clásica de Berelson (1971), quien señala que el análisis de contenido es una técnica para estudiar y analizar la comunicación de una manera objetiva, sistemática y cuantitativa. Entre los usos de la técnica se mencionan por ejemplo determinar el estado psicológico de personas, reflejar actitudes, valores e inferencias individuales o grupales, ademas de conocer y comparar las posiciones de autores o evaluar la evaluación de alguna estrategia de comunicación.
En contraste, Krippendorff (1980), sugiere que el análisis de contenido es un método de investigación para hacer inferencias válidas y confiables de datos con respecto a su contexto.
La metodología procura afrontar los
datos cualitativos en el marco de un proceso sistémico de análisis de
información estructurada que debe arrojar un resultado concreto obtenido
de la implementación de protocolos estrictos sujetos a convenciones claramente
definidas.
De acuerdo a Ardila (2013), su filosofía es muy similar a la propia de las técnicas cuantitativas,
pues en estas, se trabaja con información estructurada en bases de datos que
son analizadas con protocolos y convenciones representadas en un modelo
matemático capaz de arrojar resultados concretos. En general la metodología
opera como una especie de embudo cuyo objetivo es la inducción de
conceptos que aparecen recogidos en las transcripciones de las declaraciones de
los potenciales beneficiarios
Se sugiere la lectura de Ardila (2013) http://redlacme.org/profiles/blogs/an-lisis-estructural-de-contenidos-un-punto-intermedio-entre-las
Los métodos
cuantitativos de análisis de documentos tienen las siguientes ventajas: - Son
mucho más objetivos e independientes, puesto que están menos sujetos a
interpretaciones subjetivas. - Permiten el trabajo en equipo. - Pueden recurrir
a la ayuda del ordenador. Sin embargo, estos métodos también cuentan con
algunas desventajas, entre las que destacamos: - Este método rompe la unidad
del texto. - No se respeta el desarrollo orgánico del texto. - Ofrece un aire
más superficial y extenso que unitario y profundo (Marín 172 Ibáñez, 1985).
Esta
técnica se constituye en un instrumento de respuesta a esa curiosidad natural
del hombre por descubrir la estructura Interna de la información, bien en su
composición, en su forma de organización o estructura, bien en su dinámica.
Esta técnica centra su búsqueda en los vocablos u otros símbolos que configuran
el contenido de las comunicaciones y se sitúan dentro de la lógica de la
comunicación interhumana.
El análisis
de contenido difiere de las técnicas clásicas de estudio de documentos
(técnicas de diversa índole: históricas, literarias, jurídicas, sociológicas,
políticas,...) en las que tiende a mediatizar la subjetividad personal del
investigador. Esta metodología pretende sustituir las dimensiones
interpretacionistas y subjetivas del estudio de documentos o de comunicaciones
por unos procedimientos cada vez más estandarizados que intentan objetivar y
convertir en datos los contenidos de determinados documentos o comunicaciones
para que puedan ser analizados y tratados de forma mecánica.
En un
primer momento, como reacción contra el subjetivismo de los análisis clásicos y
como consecuencia de la multiplicación de informaciones, como una técnica de
constatación de frecuencias o de análisis cuantitativo. Hoy se acepta
complementarlo con análisis de rasgos cualitativos como la presencia o ausencia
de ciertas reacciones, originalidad, novedad de ciertos aspectos, contenido
latente de la comunicación, si bien es preciso seguir unas reglas más rigurosas
y orientadas a un tratamiento más objetivo que en los análisis literarios. El
análisis de contenido guarda cierta relación con los procedimientos de análisis
de lenguaje que se utilizan en diversas disciplinas científicas. Sólo puede entenderse
de una forma completa si lo situamos en el contexto de un diseño de
investigación, ya que implica la verificación de hipótesis.
La primera
tarea que toda investigación científica debe llevar a cabo, consiste en decidir
qué se ha de observar y registrar, y lo que se considera como «dato». Aunque
más que dato, sería más acertado hablar de «datos», ya que toda investiga
carácter empírico abarca una multitud de unidades portadoras de información. Determinar las unidades implica delimitar su definición, su separación,
teniendo en cuenta sus respectivos límites y su Identificación para el análisis
(Krippendorf, 1997:81). En nuestro estudio tomamos como unidad de análisis una
unidad de base gramatical, concretamente el análisis de frases y párrafo.
La elección
implicaba la dedicación del estudio al análisis del tema. Desde estas premisas, la unidad
de análisis quedaba configurada de la siguiente forma:
Unidad de registro:
frases y/o párrafos.
Unidad de contexto: textos de autores y disposiciones
legales nacionales y autonómicas
Unidad de enumeración: existencia o no de tema relativo a las categorías
que explicitamos. Una vez que contamos con el material, la tarea previa fue
designar todos los textos y disposiciones normativas con un número ordinal,
para su Identificación constante desde el principio al fin de las fases de
evaluación, clasificación y elaboración en este campo de investigado según
recomiendan los autores más prestigiosos.