sábado, 7 de marzo de 2015

Análisis de Contenido I PARTE

Hernández, Fernández y Baptista (2006)

Definen al Análisis de contenido como una técnica para estudiar la comunicación de una manera objetiva, y que  cuantifica los contenidos en categorías.

Esta definición está basada en la versión clásica de Berelson (1971), quien señala que el análisis de contenido es una técnica para estudiar y analizar la comunicación de una manera objetiva, sistemática y cuantitativa. Entre los usos de la técnica se mencionan por ejemplo determinar el estado psicológico de personas,  reflejar actitudes, valores e inferencias individuales o grupales, ademas de conocer y comparar las posiciones de autores o evaluar la evaluación de alguna estrategia de comunicación.

En contraste, Krippendorff (1980), sugiere que el análisis de contenido es un método de investigación para hacer inferencias válidas y confiables de datos con respecto a su contexto.

La metodología procura afrontar los datos cualitativos en el marco de un proceso sistémico de análisis de información estructurada que debe arrojar un resultado concreto  obtenido de la implementación de protocolos estrictos sujetos a convenciones claramente definidas. 

De acuerdo a Ardila (2013), su filosofía es muy similar a la propia de las técnicas cuantitativas, pues en estas, se trabaja con información estructurada en bases de datos que son analizadas con protocolos y convenciones representadas en un modelo matemático capaz de arrojar resultados concretos. En general la metodología opera como una especie de  embudo  cuyo objetivo es la inducción de conceptos que aparecen recogidos en las transcripciones de las declaraciones de los potenciales beneficiarios


Los métodos cuantitativos de análisis de documentos tienen las siguientes ventajas: - Son mucho más objetivos e independientes, puesto que están menos sujetos a interpretaciones subjetivas. - Permiten el trabajo en equipo. - Pueden recurrir a la ayuda del ordenador. Sin embargo, estos métodos también cuentan con algunas desventajas, entre las que destacamos: - Este método rompe la unidad del texto. - No se respeta el desarrollo orgánico del texto. - Ofrece un aire más superficial y extenso que unitario y profundo (Marín 172 Ibáñez, 1985).

Esta técnica se constituye en un instrumento de respuesta a esa curiosidad natural del hombre por descubrir la estructura Interna de la información, bien en su composición, en su forma de organización o estructura, bien en su dinámica. Esta técnica centra su búsqueda en los vocablos u otros símbolos que configuran el contenido de las comunicaciones y se sitúan dentro de la lógica de la comunicación interhumana.

El análisis de contenido difiere de las técnicas clásicas de estudio de documentos (técnicas de diversa índole: históricas, literarias, jurídicas, sociológicas, políticas,...) en las que tiende a mediatizar la subjetividad personal del investigador. Esta metodología pretende sustituir las dimensiones interpretacionistas y subjetivas del estudio de documentos o de comunicaciones por unos procedimientos cada vez más estandarizados que intentan objetivar y convertir en datos los contenidos de determinados documentos o comunicaciones para que puedan ser analizados y tratados de forma mecánica.

En un primer momento, como reacción contra el subjetivismo de los análisis clásicos y como consecuencia de la multiplicación de informaciones, como una técnica de constatación de frecuencias o de análisis cuantitativo. Hoy se acepta complementarlo con análisis de rasgos cualitativos como la presencia o ausencia de ciertas reacciones, originalidad, novedad de ciertos aspectos, contenido latente de la comunicación, si bien es preciso seguir unas reglas más rigurosas y orientadas a un tratamiento más objetivo que en los análisis literarios. El análisis de contenido guarda cierta relación con los procedimientos de análisis de lenguaje que se utilizan en diversas disciplinas científicas. Sólo puede entenderse de una forma completa si lo situamos en el contexto de un diseño de investigación, ya que implica la verificación de hipótesis.

La primera tarea que toda investigación científica debe llevar a cabo, consiste en decidir qué se ha de observar y registrar, y lo que se considera como «dato». Aunque más que dato, sería más acertado hablar de «datos», ya que toda investiga carácter empírico abarca una multitud de unidades portadoras de información. Determinar las unidades implica delimitar su definición, su separación, teniendo en cuenta sus respectivos límites y su Identificación para el análisis (Krippendorf, 1997:81). En nuestro estudio tomamos como unidad de análisis una unidad de base gramatical, concretamente el análisis de frases y párrafo.

La elección implicaba la dedicación del estudio al análisis del tema. Desde estas premisas, la unidad de análisis quedaba configurada de la siguiente forma: 

Unidad de registro: frases y/o párrafos. 

Unidad de contexto: textos de autores y disposiciones legales nacionales y autonómicas 

Unidad de enumeración: existencia o no de tema relativo a las categorías que explicitamos. Una vez que contamos con el material, la tarea previa fue designar todos los textos y disposiciones normativas con un número ordinal, para su Identificación constante desde el principio al fin de las fases de evaluación, clasificación y elaboración en este campo de investigado según recomiendan los autores más prestigiosos.


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